domingo, 1 de junio de 2014


HASTA DONDE PUEDE LLEGAR EL RIESGO DE UNA MALA EDUCACIÓN

(Extarído de: http://elmontevideanolaboratoriodeartes.blogspot.com/2011/07/cronicas-del-uruguay-independiente-1.html)

"Una frase mal entendida ocasionó una de las peores matanzas que recuerda la historia de nuestro país. En febrero de 1868, fresca aún la sangre del caudillo Venancio Flores -quien luego de gobernar con mano dura había sido ultimado por sus enemigos- integrantes del gobierno colorado envían una orden a los jefes políticos de esa colectividad con el objetivo de que acudieran a Montevideo para convenir las "medidas que deben acordarse en tan excepcional situación".

Es así que Máximo Pérez recibe a un chasque que portaba una nota en la que decía: "Mataron a nuestro querido general D. Venancio Flores: reúna la gente y véngase". Como el caudillo era analfabeto pidió al asistente que le leyera el mensaje. Este entendió "vénguese" en lugar de "véngase", y Máximo ordena ejecutar a dos prestigiosos caudillos blancos: Tomás Pérez y Rafael Ocampo. La masacre que siguió fue terrible, se calcula que en dos días hubo quinientos muertos entre los dos bandos, aunque en su mayoría fueron del Partido Blanco.

La matanza fue tal, que el general Gregorio Suárez, de quien se sospecha que fue el verdadero instigador de la muerte del caudillo colorado, se sintió obligado a protestar por los "asesinatos escandalosos de vecinos cargados de familia y que conceptúo no han tomado parte en el alevoso asesinato del ilustre Flores". Finalmente el gobierno terminó por adoptar varias resoluciones para calmar los ánimos, entre ellas un pedido de auxilio a Buenos Aires y la proclamación del estado de sitio, a fin de detener la carnicería imperante.

Más allá de la anécdota, aquel período histórico, que fue además llevado a la pantalla grande por un grupo de cineastas uruguayos, en la que sería una de las primeras películas realizadas en nuestro país sobre temas nacionales, atestigua sobre la fragilidad de la denominada por los politólogos "teoría de las familias ideológicas". Las dos grandes colectividades políticas tradicionales, más de una vez desde su fundación en el siglo XIX, han estado enfrentadas por contar diferentes visiones sobre el futuro de la República, lo que las llevó a duras luchas, incluso armadas."


ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE EN JESUALDO SOSA

Coincidencias y divergencias con la escuela nueva

Comparación con dos de sus contemporáneos Agustín Ferreiro y Julio Castro


INTRODUCCIÓN

Este trabajo trata sobre el papel que jugaba la educación, qué peso tenía en el tiempo que le tocó vivir a Jesualdo Sosa, Agustín Ferreiro y Julio Castro, los tres educadores que elegí tratar. Me interesa sobretodo el período anterior inmediato y el específico a la niñez, porque creo que debido al análisis crítico de la educación que recibieron los tres es que elaboran posteriormente en su juventud las teorías y practicas pedagógicas que los hicieron merecedores del reconocimiento actual y de su destacable vigencia.
Veré además las coincidencias y críticas, en cuanto a los aportes de la escuela nueva o activa, destacando los aportes de Decroly, por ser éste quien Jesualdo más refiere cuando critica la escuela activa. Y continuando con lo expuesto en el primer parcial, presentaré los aportes específicos de Jesualdo Sosa.

AQUELLOS AÑOS

 A fines del S XIX se hizo cada vez más evidente el peso del Positivismo que conquistaba espacios en la escena política antes que en la académica y en la vida social. Se conformó entonces un discurso y una acción en torno a la escuela como institución del Estado. Se buscaba el progreso por medio de la razón, se pretendía iluminar la mente de los hombres para atacar el atraso, para superar los males sociales previniendo aquello que ponía en peligro la democracia[1]. Las reformas que surgieron fueron la educación popular y la educación científica. La primera se fundaba en la “creciente expansión industrial y en la formación de ciudadanos que debían ejercer el sufragio en las nacientes democracias políticas.” Y la segunda buscaba la liberación de los espíritus gracias a la erradicación de la enseñanza dogmática y la asimilación del saber aportado por la ciencia (Gadino. A 1993:10)
Según Jesualdo en 1910 comienza para el país una gran etapa social la que se vislumbra como renovadora  por tener a José Batlle y Ordoñez en la escena política, quien es reconocido por este educador como un reformista con toques de socialista[2].
En 1910 durante la segunda presidencia de Batlle en el programa de gobierno, planteaba que la instrucción pública sería una de sus principales preocupaciones. Hablaba de la instrucción como medio para que el pueblo pueda ser “libre y feliz”, y la grandeza de una nación verdaderamente civilizada se encuentra en el adelanto en las ciencias.
Desde Europa y EE. UU. sobre todo a partir de la segunda década del S XX, pasada la primera guerra mundial, llegaban noticias de las críticas a la escuela tradicional y los intentos por elaborar una pedagogía nueva que se basara en la mediación y la experimentación. En la conciencia colectiva del Magisterio se arriba a un punto en el que se sienten llamados a la formulación de diagnósticos basados en la realidad tangible que era el problema de la pobreza, la comprobación del estado en el que se encontraba la educación rural. Éste fue un elemento que promovió las ideas de los distintos pedagogos de la época, manifestando en las diferentes denuncias realizadas por maestros como Jesualdo Sosa, Julio Castro y Agustín  Ferreiro, entre otros. Los que tuvieron que sufrir los embates de las dictaduras que veían sus ideas como peligrosas para el régimen establecido y debieron pagar caro por la osadía de pensar distinto y querer transformar la educación en bien de los que lo necesitaban.

APORTES DE LA ESCUELA NUEVA

La escuela nueva teniendo como precursores a Rousseau, Pestalozzi, Tolstoy y Froebel, privilegiaba la acción y la actividad al postular que el aprendizaje proviene de la experiencia y convertirá así al niño en el actor principal de la educación, en el centro sobre el cual debe girar todo el proceso educativo. Se oponía a la disciplina rígida que avasallaba al niño obligándolo a una actitud pasiva, en la forma que se organizaba tradicionalmente la escuela, la que no permitía desarrollarse con libertad y espontaneidad, forzando conocimientos anteriormente grabados mediante las repeticiones interminables sin tener en cuenta los intereses del niño.
 Dentro de esta corriente pedagógica, Decroly propondrá el termino globalización y su plan didáctico, el que elaboró tomando en cuenta los propósitos de la educación, las investigaciones de la Fisiología, la Psicología y la Sociología, apoyándose para su definición en estas cuatro pautas centrales:
*        “El programa debe tender a la unidad en le sentido de que todas sus partes han de relacionarse entre sí, formando un todo indivisible” Buscaba “el estudio de la realidad tal y como se presenta ante el niño, eligiendo un idea eje un centro de interés que unifique y de sentido a esa globalidad.”
*        “Todo  niño debe estar colocado en condiciones de obtener un provecho máxima de la enseñanza dada” Principio de individualización.
*        “Todo ser humano debe poseer un mínimo de conocimientos que le permitan comprender las exigencias de la vida en sociedad, las obligaciones que impone y las ventajas que de ello resulta; en un aplabra, que lo pongan en situación de adaptarse a ella gradualmente”
*        “Es necesario que la escuela utilice y favorezca el desarrollo de todas las fase de la individualidad infantil.” (Revista de Educación 1987)
Apoyándose en estas normas fundamentales propone una metodología en torno a centros de interés significativos para el educando los que, según él, estarán establecidos de a cuerdo a sus necesidades naturales, es decir comunes a todos los niños y por tanto inamovibles. Estas eran:
Necesidad de alimentarse
Necesidad de defenderse ante las inclemencias externas.
Necesidad de defenderse contra los peligros y enemigos.
Necesidad de trabajar solidariamente, de entretenerse y de formarse material y espiritualmente.
 
COINCIDENCIAS Y DIVERGENCIAS CON LA ESCUELA NUEVA
COMPARACIÓN CON DOS DE SUS CONTEMPORÁNEOS AGUSTÍN FERREIRO Y JULIO CASTRO

Julio Castro nace en 1908 se recibe de maestro 1927
Ferreiro nace en 1893 se recibe de maestro 1915
Jesualdo nace en 1905 se recibe de maestro 1924

Para Julio Castro la conquista de terreno por parte de las nuevas ideas pedagógicas fue antes que nada teórica y la puesta en practica en el ambito escolar fue lenta y silenciosa. Este pedagogo es más moderado que Jesualdo a la hora de evaluar los alcances educativos de estas nuevas ideas.
Al momento de escribir “El banco fijo y la mesa colectiva”, considera que a pesar de que habían ya pasado muchos años de experiencia de la nueva pedagogía en las escuelas experimentales, aún no se habían llegado a resultados definitivos. Dado que estos estarían condicionados a múltiples factores. Estima que no sólo se debe evaluar el sistema “per se” también deben de considerarse las resistencias que debieron enfrentar estas ideas nuevas.
También nos habla de experiencias llevadas a cabo en escuelas tradicionales en las que se aplicaban algunas de las practicas que se proponían desde la escuela activa, sin variar su organización. Por ejemplo “centros de interés, trabajo en equipo, aplicación del plan Dalton, enseñanza del dibujo y los trabajos manuales de acuerdo a una nueva jerarquización de las materias, dramatización, etc. (Castro, J. 2007:142). Estas experiencias por no ser de aplicación global carecerán de fuerza de logros. Castro dice que carece del “alma del método” el que aunque de forma vaga, pero posee una filosofía.
De todas formas destaca de estas experiencias el efecto de las nuevas maneras de enseñar, no sólo en el alumnado sino también en los maestros.
Critica iniciativas personales de maestros que aunque desde un impulso generoso, la falta de seriedad, es decir de una filosofía que la sustente, provocó el descrédito de las ideas de la nueva pedagogía.
Para Ferreiro las nuevas ideas ni eran tan novedosas ni eran tan inigualables, al respecto dice “No os dejéis cegar por la pirotecnia de los palabreros” Se refiere a que ya en 1876 con Varela nuestra escuela era activa y varios de los postulados habían sido ya traídos por este educador. “Desde entonces, dice,  ‘lo que ha variado y continúa variando es el procedimiento más eficaz’ para conseguir la actividad del niño” [3] Claramente podemos ubicar a Ferreiro como un defensor de la escuela nueva sino además lo encontraremos haciendo aportes nuevos a esas “nuevas ideas”.
Tomando ahora a Jesualdo diré que no adhería sin restricciones a ninguna teoría ni con la escuela tradicional, la que criticaba fuertemente, ni con la escuela nueva, ni siquiera con las teorías marxista a las que también adhería en materia de educación. Sólo extraía de cada una de ellas lo que consideraba provechoso para la educación. Por ejemplo de la escuela nueva rescataba el desarrollo de la creatividad reivindicado por esta teoría, Sin embargo en cuanto a los centros de interés de la escuela nueva los criticaba porque para él no eran centros de interés de los niños sino de los maestros

Un pedagogo laborioso, autoexigente y con una naturaleza avasallante nació en el campo, en Tacuarembó, como él dice en su “Elegía autobiográfica”,  “entre nubes  de arena y tierra colorada” (Sosa, J. 1949:9), el 22 de febrero de 1905.  Fue además escritor, poeta, ensayista, y fundamentalmente, maestro, Jesús Aldo Sosa, más conocido como “Jesualdo”,  cuyas experiencias como escolar le hicieron sentir, estrujado su ser niño, y  un gran rechazo a una escuela y maestros represivos, es lo que lo lleva a elegir su destino: ser maestro.
Ya desde el inicio de su carrera se sintió decepcionado de los conocimientos teóricos aprendidos en los Institutos Normales donde como el dice fue a hacerse maestro y lo único que le llegó a fuerza de exámenes fue un conjunto frío de teorías y citas, desde entonces se revelaba ante aquello que consideraba orientado a embutir conocimiento y no a producirlo.
Para Jesualdo un maestro debía de interpretar la realidad y tratar de transformarla “Soñaba un Magisterio que hasta las mismas piedras las tornara suaves” (Sosa, J. 1949:15)
Este pedagogo no adhería sin restricciones a ninguna teoría ni con la escuela tradicional, la que criticaba fuertemente, ni con la escuela nueva, ni siquiera con las teorías marxista a las que también adhería en materia de educación. Sólo extraía de cada una de ellas lo que consideraba provechoso para la educación. Por ejemplo de la escuela nueva rescataba el desarrollo de la creatividad reivindicado por esta teoría, Sin embargo en cuanto a los centros de interés de la escuela nueva los criticaba porque para él no eran centros de interés de los niños sino de los maestros.
Su proyecto curricular estaba basado en la “expresión creadora” y el “interés actual”. Este proyecto de investigación y creatividad infantil comienza en 1928 en la escuela rural Canteras de Riachuelo.
Su intervención fue esencialmente practica, y cuajó en su libro “Vida de un Maestro” en 1935, la sistematización de su teoría llegó a través de otro libro, “La expresión creadora del niño”  en 1950.
Su experiencia se basó fundamentalmente en el estudio de la expresión infantil y el desarrollo de la creatividad, pero todo esto guiado por un concepto que este pedagogo defendía, “el interés actual”. Esto era el estudio de aquellas tareas que los alumnos traían como preocupación del día independientemente de lo que indicara el programa y respetando la individualidad del niño. En vida de un maestro entre otros pasajes nos relata cómo, un día al llegar a la clase constata un gran revuelo una fina llovizna de cenizas era la causa, pero varias interrogantes quedan planteadas, las que serán respondidas en forma colectiva. Ocupándose de los efectos que provocaba este fenómeno, de si eran de un volcán o no, análisis de las cenizas, etc. Jesualdo culmina el raconto de este episodio con lo siguiente: “y se dedicaron al estudio apasionado de esta lluvia fina de ceniza” (Sosa, J. “010:125-126)
Precisamente este apasionamiento del alumnado era lo que Jesualdo buscaba, su experiencia le decía que esto solo se conseguías cuando se les permitía estructurar su estudio de a cuerdo a sus intereses y no de acuerdo a lo que el programa marcaba o según los deseos del maestro. Fomentaba la autogestión y la autodeterminación, por ejemplo cuando Alfonso, uno de los niños de Jesualdo retratado en “Vida de un maestro” y en “Fuera de la escuela”, “hacía una de las de él” la sanción que se le impone no lo hace el maestro sino que hasta el propio Jesualdo acata lo decidido por el colectivo de los condiscípulos de Alfonso.
Privilegiaba en lo pedagógico nuevas pautas de actividad, libertad y autonomía y profundizó el tema de la expresión dándole una dimensión notable. 
Sostenía que los niños poseen una predisposición constante a la autoexpresión y a la creatividad y que si se permite que la expresión siga su curso natural de maduración si represiones podía llegar a ser original y creadora.
Jesualdo estimulaba a sus alumnos a trabajar en barro a escribir poemas, etc. En su libro Vida de un maestro (2010: 201) en oportunidad de una visita al mar, después que una de sus alumnas recitara un poema sobre un pájaro danzarín, que con su danza consigue que todos olviden el mal, expresa.
“-¿En qué libro, en que escuela, de qué maestro del mundo aprendiste a hablar con la música de todos las cosas?
Nadie puede contestar esto, ya lo sé. ¡Y me alegro por ello!
La música está en el niño como el agua en el mar. Lo demás no interesa. Llegar a darla de la misma manera que razona un problema, es lo grande”
(…) Solo la libertad interior desenvuelta naturalmente, con el mismo sentido que la Naturaleza desenvuelve sus mañanas,  y la compenetración Intima de los problemas” (Sosa, J. 2010:203)
Afirmaba que la escuela trabajaba la expresión de forma que no le servía al niño para explicar sus vivencias internas, ni como medio para conquistar el conocimiento, ni para participar del medio que le rodea mejorándolo.
Para Jesualdo la educación es “(…) la expresión objetiva de un estado de conciencia que denuncia en el hombre su capacidad, su posibilidad para interpretar su medio, evaluar sus relaciones cognoscitivas, aprehender las leyes que rigen esas relaciones y  a su vez, estimularse hacia la superación cognoscitiva en un progresivo trabajo de concientización”[4]
Otro concepto acuñado por Jesualdo fue el de la "pedagogía—tránsito", este concepto apuntaba a un aspecto más social de su postura, afirmaba que a pesar que la escuela a sido tradicionalmente reproductivista no hay razones para que lo continúe siendo. Sostenía que la escuela debía propiciar un  desarrollo individual y una liberación colectiva. La  definición de “pedagogía-tránsito” expresa una nítida posición sobre la relación entre las esferas de lo político y lo educativo, reforzando el papel democratizador de la escuela en el ámbito social.
“La escuela pondrá en marcha todos los elementos- materiales e inmateriales- a su alcance- facilitando la tarea del docente- para que se desarrolle en el escolar, el sentido de cooperación, la habilidad para resolver problemas y aumente su participación en el mundo real. Y para alcanzar este objetivo, nada mejor que otorgarle a medios como el juego, la imaginación o el arte el énfasis necesario, viéndolos como parte del proceso educativo del escolar, y aprovechando toda su potencialidad como agentes formadores. (Carbajal, N. Pág. 64)
CONCLUSIONES
Básicamente, la metodología de “los centros de interés” así como el desarrollo de la creatividad, son elementos de la teoría que según lo expuesto en los textos usados para la elaboración de este trabajo, dan buenos resultados  no solo para conseguir una buena educación sino también, parafraseando a José Batlle y Ordoñez, que las personas sean felices y libres. Entiendo por una buena educación, justamente, la que permite al individuo conseguir estos dos tópicos.
La vigencia de las prácticas que estos postulaban se las pueden ver hoy en día, sobretodo, en colegios privados, los que han puesto en práctica alguno de estos principios, aunque correspondan a corrientes pedagógicas más nuevas aún.
Puedo concluír también que no existen las recetas salvadoras, en la vida en general y en la educación en particular  y el acierto o error de una teoría dependerá de múltiples factores. Se requerirá por tanto de diagnósticos constantes o por lo menos periódicos para abandonar aquellas pautas que no den resultado, continuando con aquellas que si lo hagan. Siendo creativos con nuevas pautas para la educación, porque la creatividad usada en todos los órdenes de la vida, como lo postula Donald W. Winnicott, aportan a la sensación de bienestar personal


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ANEP  Breve análisis histórico de la educación en el Uruguay. Disponible en:   http://www.cep.edu.uy/archivos/programaescolar/analisis_historico.pdf
Carbajal, N. (2008)  Jesualdo, un educador Latinoamericano. El pensamiento pedagógico del maestro Jesualdo Sosa. Reflexiones desde la teoría y la practica. Aportes a la escuela uruguaya. IMPO  Montevideo Uruguay
Castro, J. (2007) Ministerio de Educación y Cultura. Talleres gráficos Tradinco S.A. Montevideo
Gadino, A.; Carbajal, N.; Pastorino, C. Sosa, D. Agustin Ferreiro (1993) Tradición y vigencia de un educador uruguayo. Ediciones Melga. Montevideo
Revista De Educación (1987) Centro de Investigación y Documentación Educativa. Ministerio de Educación y Ciencia. Secretaría General Técnica España Disponible en:

Sosa, J. (1949) Elegía Autobiográfica. Ediciones Ciudadela,  Montevideo
_______  (2010) Vida de un maestro. Serie Edición Homenaje Volumen 28 Ministerio de Relaciones Exteriores, Consejo de Educación Inicial y Primaria, Consejo de Educación Técnico Profesional. Montevideo - Uruguay
_______ (1940) Fuera de la Escuela Editorial Claridad Buenos Aires







[1]  Breve análisis histórico de la educación en el Uruguay. Disponible en:   http://www.cep.edu.uy/archivos/programaescolar/analisis_historico.pdf

[2] En Jesualdo (1963), Vaz Ferreira, pedagogo burgués, Montevideo. El Siglo Ilustrado, pág. 74. (citado por Carbajal. N. Jesualdo un educador Latinoamericano)
[3] Ferreiro, A. Citado por Carbajal, N. en Agustin Ferreiro. Tradición y vigencia de un educador uruguayo Gadino, A.; Carbajal, N.; Pastorino, C. Sosa, D. Agustin Ferreiro (1993)
[4] Sosa, J. “los fundamentos de la nueva pedagogía” citado por Carbajal, N. Pág. 58.